Nada mejor para empezar el año que hacerlo cogiendo fuerzas con un buen desayuno. Pero con la resaca de nochevieja a nadie le apetece ponerse a cocinar horas y horas para conseguir unos croisants para el desayuno.
Pero, si tenemos en la nevera una lámina de hojaldre (redonda en mi caso) y crema de cacao y avellanas, puedes desayunar unos croisants recién hechos en menos de 10 minutos.
La receta es un poco más elaborada porque me sobró ganache de chocolate del postre que hice para nochevieja, pero la podéis sustituir por crema de cacao y avellanas (tipo Nocilla o Nutella).
Ingredientes:
- 1 lámina de hojaldre
- Crema de caco y avellanas o ganache de chocolate (al gusto)
- 100 grs nata 35% M.G.
- 100 grs chocolate puro
- 1 cda mantequilla
Elaboración:
Empezamos por la ganache (opcional) el día anterior troceando el chocolate bien fino y reservándolo en un bol. Seguimos poniendo a calentar la nata en un cazo o al microondas hasta el punto de ebullición. Cuando alcance ese punto vertemos la nata sobre el chocolate, lo dejamos reposar unos segundos y con unas varillas o una cuchara, removemos hasta obtener una mezcla homogénea y brillante. En ese momento incorporamos la mantequilla y la integramos con el resto de la mezcla.
Tapamos con un film a piel (que el film toque la mezcla) para evitar que se seque la parte de arriba. Esperamos a que alcance temperatura ambiente y la reservamos en la nevera durante un mínimo de 2 horas o, en mi caso, hasta el día siguiente.
Ahora vamos a formar los croisants.
Extendemos la masa de hojaldre redonda y la cortamos por la mitad, la giramos y la volvemos a cortar por la mitad. Ahora tenemos 4 cuartos, cortamos cada cuarto por la mitad y obtendremos 8 triángulos de hojaldre. En mi caso los dejé así para que no saliesen unos croisants demasiado pequeños, pero si los queréis en plan aperitivo, los podéis volver a cortar por la mitad hasta obtener 16 trozos.
Llega el momento de rellenarlos poniendo una cucharadita de la ganache (o crema de cacao ya vellanas) en la base del triángulo y enrollamos la masa sobre ella desde la base hasta la punta, con cuidado que no se salga el relleno.
Si os gustan los croisants con los brazos en media luna, solo tenéis que juntar los extremos en el centro y presionar un poco. Sino, los podéis dejar tal cual.
Los llevamos a una placa de horno en la que habremos puesto papel de hornear, pintamos los croisants con huevo batido para darles brillo y los horneamos a 190º ó 200ºC con calor arriba y abajo. Os aconsejo que pongáis la bandeja en la parte baja del horno para conseguir una base crujiente y que los croisants suban un poco más.
Ya está. Listos para comer y disfrutar.
Buen provecho!
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