Todo empieza cuando pasas poco tiempo en casa y haces un "puchero" o cocido para comer o cenar toda la semana y resulta que esa semana apenas comes o cenas en casa. ¿Qué haces con todo lo que te ha sobrado? El caldo tiene fácil solución, lo congelamos y más adelante podemos hacer sopa de fideos, arroz, sopa cubierta,... pero ¿y con lo demás?
Hace un tiempo os hice la receta de las Croquetas de Puchero, que están riquísimas, pero en esta ocasión tenía muchísima masa y me puse a pensar en qué hacer además de las croquetas para no tener un congelador lleno de croquetas. Así que pensé en hacer unos canelones que seguro estarían muy ricos y la verdad, modestia a parte, quienes los han probado dicen que así es.
En fin, hacerlos y me contáis que tal están 😉
Ingredientes:
- Masa de croquetas de puchero
- Láminas de canelones precocida
- Bechamel
- Parmesano rallado
Preparación:
En primer lugar, ponemos a remojar las láminas de canelones precocidas siguiendo las indicaciones del fabricante. En mi caso, las dejé unos 25 minutos moviéndolas de vez en cuando para evitar que se pegasen. Si no encontráis este tipo de láminas y encontráis láminas de lasaña, las podéis partir por la mitad o si os gustan más los canelones que hay que hervir las láminas en lugar de dejarlos en remojo, también sirven, así que lo que encontréis u os guste más.
Mientras estaban a remojo, preparé una bechamel poniendo 4 cucharadas de aceite de oliva en un cazo y a continuación la misma cantidad de harina de trigo. Rehogamos un par de minutos la harina para que pierda el sabor a crudo e incorporamos sobre medio litro de leche de una vez (mejor si está a temperatura ambiente o tibia). Con la ayuda de unas varillas, removemos la mezcla enérgicamente al principio para deshacer cualquier grumo de harina que se haya podido formar y más lentamente después hasta que la bechamel tome consistencia cremosa. Personalmente, para cubrir los canelones o la lasaña me gusta dejarla más ligera que para las croquetas para que se cuele por todos los huecos y queden bien cubiertos, pero esto va a gustos. Añadimos sal, pimienta, nuez moscada y un poco de Parmesano rallado(puede ser cualquier otro queso que os guste o que encontréis) al gusto.
Llega el momento de sacar las láminas de los canelones y dejarlos sobre una paño limpio para que escurran toda el agua.
Ahora, con la ayuda de dos cucharas o con una manga pastelera, lo que más os apañe, ponéis porciones de masa de croquetas sobre las láminas de los canelones y los envolvéis en forma de cilindro.
Cuando tengáis todos los canelones listos, napáis la base del recipiente donde los vayáis a hornear con bechamel (esto lo hacemos para que no se nos peguen al recipiente y los podamos sacar bien a la hora de servir), encima ponéis los canelones y los cubrís con más bechamel, al gusto. Finalmente, cubrimos generosamente de queso rallado.
En este momento, si no tenéis pensado comerlos en un plazo corto de tiempo, podéis congelarlos, después sólo tendréis que descongelarlos y hornearlos como si estuviesen recién hechos. Quedan riquísimos igualmente y es una buena opción para llevar a la oficina si los congeláis en un recipiente apto para microondas.
Los podéis hornear en ese mismo momento, pero a mí me gusta más dejarlos en la nevera unas horas para que todo se homogeinice y queden mejor. Así que, al día siguiente, precalentamos el horno a 180ºC e introducimos los canelones unos 15 ó 20 minutos con calor arriba y abajo más 5 minutos en modo grill para que se gratinen y queden perfectos.
Seguro que os van a encantar. Contarme que tal os han salido o si tenéis alguna sugerencia.
Buen provecho.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario